Es 1914 y Henry Gaunt, Sidney Ellwood y sus compañeros de clase, a salvo en un idílico internado de la campiña inglesa, perciben la guerra como algo lejano. Tienen diecisiete años, por lo que son demasiado jóvenes para alistarse y, además, Gaunt está ocupado librando su propia batalla: está perdidamente enamorado de su mejor amigo, el encantador y elegante Ellwood, y no tiene ni idea de que Ellwood siente lo mismo por el.
Cuando la madre alemana de Gaunt le pide que se aliste en el ejercito británico para proteger a la familia de los ataques antigermánicos, el joven obedece de inmediato, aliviado de poder escapar de sus abrumadores sentimientos hacia Ellwood.
El frente es horrible, como era de esperar, y, aunque Gaunt intenta disuadir a Ellwood de que lo siga al campo de batalla, el no tarda en aparecer por allí. Ya en las trincheras, ambos encuentran momentos fugaces de consuelo juntos.