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Mientras Fujimoto sigue con su labor del reparto de ikigamis, los comunicado de muerte que avisan a su receptor de que morirá en 24 horas, algo está cambiando en la Oficina Municipal de Musashigawa tras el caso de disidencia de la doctora Kubo: parece que el Gobierno no piensa permitir las ideologías corruptas y se advierte a los funcionarios de que se van a instalar más cámaras de vigilancia. ¿Pondrán a Fujimoto en peligro las dudas que siente con respecto a la Ley para el Sostenimiento de la Prosperidad Estatal?