Aomanjû: el bosque mágico de Hoshigahara Nº 3 (de 5)

Algo grave está a punto de suceder en el bosque de Hoshigahara. El regreso de Shinako ha acabado de enfurecer a Nowaki, que ya no tiene dudas: piensa acabar para siempre con el bosque y todos sus habitantes, sin importarle nada ni nadie. La soledad que alberga en lo más profundo de su corazón le impide ver que hay una solución mucho mejor para el conflicto...

Ante el peligro inminente, Sôichi se da cuenta de que debe trabajar codo con codo con las fuerzas de la naturaleza que llevan en el bosque mucho más tiempo que él. La batalla final tiene lugar, el plan de Sôichi parece funcionar, ¡pero de repente...! ¡¿Cómo terminará este entrañable drama sobrenatural?!

Durante largo tiempo, el misterioso bosque del distrito 29 de Hoshigahara ha sido fuente de habladurías entre los habitantes del lugar, quienes aseguraban que en su interior habitan seres fantásticos. Por eso, cuando se avista un gran incendio dentro de sus muros y, al entrar los bomberos, descubren que no hay ni rastro de fuego, el miedo de la gente va en aumento.

Shinako, con tal de salvar el bosque, ha decidido marcharse con Nowaki. Sôichi se encuentra abatido, y para colmo las voces del bosque lo culpan a él del incendio. Pronto la tierra y las plantas comienzan a secarse, lo que afecta a Suzu. Entonces, ¡una inesperada revelación tiene lugar…!

En el distrito 29 de Hoshigahara, hay un bosque que está rodeado por un viejo muro con verja en la entrada y en el que, se dice, habitan seres fantásticos. Su interior esconde una destartalada casa de madera, donde viven Sôichi y Suzu, dos niños que se relacionan con animales parlanchines y espíritus de objetos. Por allí aparece de vez en cuando alguien en problemas, como un botón nunca usado, una semilla que no quiere ser enterrada o una tortuga con mala salud, y entre todos les sacan del apuro. Pero también suele hacer acto de presencia Nowaki, un agresivo espíritu del viento que odia a Sôichi…

En el distrito 29 de Hoshigahara, hay un bosque que está rodeado por un viejo muro con verja en la entrada. Se cuenta que allí habitan seres fantásticos, y por eso los niños no se atreven a adentrarse. Lo cierto es que en su interior se levanta un destartalado caserón de madera, donde conviven los niños Sôichi y Lily, un gallo que habla y odia a los humanos y también los guardianes protectores de la puerta, entre otros espíritus. Por allí pasan otros personajes sobrenaturales, cada uno con sus propios problemas que resolver.