Agotado temporalmente
Maiko creía que su vida ya era bastante complicada, no solo por mudarse de Kioto a Tokio, sino porque tiene el poder de ver a los espíritus malvados que devoran las almas de los pecadores. Pero cuando conoce a Ryo, un simpático vividor y ladrón de poca monta, su solitaria vida da un giro de 180 grados...