Children of the Whales Nº 17 (de 23)

Ahora que la batalla llega a su fin, ¡¿qué será de los habitantes de la Ballena de Arcilla...?!

Los habitantes de la Ballena de Arcilla y el pueblo de Kivotós intentan llevar a cabo un arriesgado plan para detener el Kataklysmós, pero, en el momento decisivo, Liontari se une al nous Ánthropos frustrando sus esperanzas. ¡Aquí termina la conmovedora lucha del valeroso pueblo de la Ballena de Arcilla!

El genocidio en aras de la revolución mundial es inminente...

Skiá se ha apoderado del cuerpo de Chakuro y ahora se dispone a provocar el Kataklysmós con la intención de cumplir el último deseo del Archivista. En la víspera de la batalla decisiva, el pueblo de Kivotós y los habitantes de la Ballena de Arcilla se aferran a una última esperanza.

Algún día, estas crónicas salvarán a la humanidad del odio y del infierno que anidan en el corazón...

En el pasado remoto, Skiá descubre la trágica naturaleza humana y experimenta, por primera vez, una pena desgarradora. Tras devorar esas dolorosas emociones, se propone crear un mundo donde nadie tenga que sufrir y, para ello, decide someter a todos los nous. Muchos años después, cuando Chakuro nazca en la Phallaina, se dará cuenta de que el mundo que ha creado es una distopía.

La conexión entre el Emperador y Chakuro se va desvelando poco a poco...

Los habitantes de la Ballena de Arcilla tienen grandes esperanzas en Kivotós, pero, cuando el Emperador aparece ante Chakuro, estas se hacen añicos y se ven arrojados a un torbellino de confusión... Ante la aparente inminencia del Kataklysmós, la gran catástrofe que transformará por completo el mundo, el Emperador hace una revelación sorprendente: "Voy a compartir mis archivos con él..."

Los habitantes de la Ballena de Arcilla llegan a un nuevo mundo, pero... ¿encontrarán la felicidad que tanto anhelan?

La Ballena de Arcilla escapa del ataque de la nave Geráki y vaga sin timón por el mar de arena hasta quedar varada en Kivotós, la isla donde, según una leyenda, los nous descendieron por primera vez a la tierra. Los marcados, que esperan poder establecerse en algún lugar donde sus vidas no sean devoradas, empiezan a estrechar lazos con los habitantes del pueblo. Entretanto, el Emperador, que ha ordenado al nous Ánthropos deshacerse de la metrópolis imperial, pone rumbo hacia ese mismo punto.