City Hunter Nº 27 (de 32)

Las hermanas Nogami vuelven a poner patas arriba la vida de Ryô Saeba! Después de Saeko, la mujer policía con puños de hierro, y Reiko, la detective privada capaz de husmear cualquier rincón, le ha llegado el turno a Yuka, una escritora de novela negra de gran éxito y esta dispuesta a volver loco al sweeper!

El superintendente general de la policía tiene una misión: casar a su hija… pero esta no es otra que Saeko Nogami. Pero la hermosa policía, gracias a su fuerza y su encanto, ha enviado al hospital a sus seis anteriores pretendientes, así que su padre se ve en la obligación de encontrarle el hombre ideal: la viva imagen de Hideyuki Makimura. Policía habilidoso, inteligente e íntegro, ha superado con creces las pruebas que le ha impuesto la hermosa policía, pero solo hay un problema… ¡este policía quiere cazar a City Hunter!

La joven Sonia Field, hija del antiguo socio de Ryo en la época en que este era cazarrecompensas en los Estados Unidos, llega a Tokio y desafía a Kaori: quiere pedirle a Ryo que se case con ella y convertirse en su nueva compañera en las investigaciones. Lo que está claro es que algo trama a escondidas… ¡y que está dispuesta a hacer que los dos amigos acaben peleados!

El mundo de Kaori se pone patas arriba cuando se topa con una antigua compañera del insituto: Eriko Kitahara, que ahora es una diseñadora de moda de lo más popular. Eriko se empeña en que Kaori haga de modelo de ropa de baño para un desfile de su creación, al que Ryo también se apunta para ver de cerca a todo el resto de chicas. ¡Lo que no saben es que las cosas se van a complicar cuando alguien dispare contra Eriko!

¡Los sueños de Ryo Saeba se hacen realidad! Una guapísima muchacha le ha caído del cielo… aunque el problema es que la bella Azusa Goto no está interesada en los hombres. Su corazón está completamente arrebatado por la defensa de especies en peligro de extinción. Por suerte para Ryo, eso la ha metido en varios problemas y el padre de Azusa contrata al City Hunter para que proteja a su hija, pues en toda esta historia hay algo mucho más repugnante mezclado: ¡el tráfico de marfil!